8 Octubre 2017

 

Escrito por Areli

 

Siempre es difícil decir adiós a personas que amamos pero cuando estamos en Cristo ese adiós en verdad es un hasta luego. Antes de entrar a la Universidad Dios comenzó a poner el deseo en mí de servir a Dios a través de misiones. Y este deseo se hizo más grande con el ejemplo y testimonio de mi tía Teresa y de una pareja de misioneros de Brasil el Pastor Solon Araujo y su esposa Alda Araujo.

 

Tuve el privilegio de recibir enseñanza acerca de misiones por el Pastor Solon Araujo, su vida, testimonio y amor por mi país fueron de gran ejemplo para mí. Por lo cual fue una bendición que el Pastor Solon Araujo oficiara nuestra boda el 21 de Julio del 2007. El 13 de Septiembre del 2008, nuestro amado Pastor Solon partió con el Señor en un accidente de autobús mientras iba viajando con otros hermanos para servir a Cristo en su país.

 

A pesar de que su esposa Alda Araujo estaba en Brasil con sus dos hijos y familia. Ella decidió regresar sola como misionera a México. Sin importar que tuviera que vivir sola, tomar decisiones sola, andar por calles peligrosas, vivir en una cultura muy diferente y pasar eventos difíciles y de preocupación su amor por la gente de México hizo que regresara pese a las circunstancias. Qué ejemplo es para mí de fortaleza en Cristo y fe. Es difícil ser misionero y aun más sin un compañero. Pero en Cristo todo es posible y la hermana Alda es un ejemplo de ello.

 

El día de mañana ella va a regresar a su país, Brasil. Y solo quiero agradecerle a Dios por la bendición que la hermana Alda Araujo, su esposo el Pastor Solon Araujo y sus dos hijos han sido para mi país.

 

Gracias hermana Alda por el amor que tiene para nosotros y nuestras niñas. Gracias por sus palabras de ánimo, su sinceridad, su consejo, por ser un ejemplo de decir las cosas directamente y con amor, por las buenas memorias, por hacernos reír, por su hospitalidad, por la deliciosa comida, por brindarnos de su linda amistad y amor en Cristo y por muchas más cosas que solo una mujer conforme al corazón de Cristo podría otorgar.

 

La extrañamos y desearíamos estar en México para poderle abrazar. Pero por este medio solo diremos gracias por su amor a la obra del Señor Jesús en México. Hasta luego hermana Alda, la amamos.

 

Areli y familia

 

 

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