14 Julio 2010

 

Cuando llegamos a Guatemala, nos enteramos y dimos cuenta de muchas cosas no muy buenas. Una de ellas es que colocaron más topes o “túmulos” como los llaman aquí, ahora hay 36 topes desde “Los Encuentros” que es la salida de la carretera panamericana hacia el pueblo al que vivimos “Chichicastenango”; hay un tope cada dos kilómetros, lo peor es que son topes tan altos que parecen paredes, ahora gastamos más gasolina y usamos más los frenos.


Además despidieron al Director del Hospital Nacional, quien es un hombre amable, honesto y deseoso de ayudar a la gente; ahora que no esta no sabemos  si valdrá la pena comprar el aparato (“BOVIE” generador electrosurgical multiusos) o no, porque cabe la posibilidad de que lo saquen del Hospital y se lo lleven otras personas para su beneficio.


Otra de las cosas es que fuimos a ver las flores que plantamos en la tumba y ya no estaban tres de cuatro que compramos, al menos dejaron el “colchón de bebé” así le llaman aquí el cual lo pusimos en lugar de pasto y que está creciendo poco a poco; como dijo María la enfermera que trabaja con Daniel “en Guatemala no hay respeto ni por los difuntos”, ya que a muchos los desentierran para quitarles sus trajes típicos y venderlos porque algunos cuestan más de mil quetzales.

 
También nos enteramos de algunos problemas que pasaron con unos misioneros que conocemos.  Finalmente nuestra casa estaba y aun esta tan húmeda por toda la lluvia que algunas cosas tenían hongos, más las chamarras de piel de Daniel, una de ellas ya no era negra sino verde.

 
Pero aunque cosas malas pasen día a día, lo bueno de todo es que DIOS HA SIDO FIEL.  Y nos permite estar una vez más en Guatemala para seguir ayudando espiritual y físicamente  a la gente.

 

 

“Pero fiel es el SEÑOR,  que os afirmará y guardará del mal.”

2 Tesalonicenses 3:3