6 Diciembre 2019
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Desde nuestra última visita hace aproximadamente 1 año y medio, muchas cosas han permanecido iguales. Gran parte del personal es el mismo. Algunas de las enfermeras han estado trabajando con Adonai antes de que fueran enfermeras y antes de que llegamos por primera vez hace casi 11 años. Los diagnósticos comunes son los mismos: gastritis, dolor en todas partes, fatiga, gusanos y, por supuesto, embarazo. Cuando subimos a la montaña a Chiminisijuan el martes, estaba agradecido de encontrar que todas las medicinas donde en el mismo lugar de siempre. Y había muchos y muchos perros gruñendo y peleando y de costumbre. Desafortunadamente, pisé la pila más grande de algo que nunca fue claramente identificado como canino o humano. Me llevó un largo tiempo para incluso parcialmente solucionar el problema con una gran cantidad de palos y agua muy limitada, de modo que no tenía tiempo para muchas fotos. Eso fue en realidad algo nuevo y no un evento repetido. Afortunadamente.
Llegando a la Clínica Chiminisijuan.
Conduciendo de regreso por la montaña. Puedes ver la pista de aterrizaje y Canillá.
Entonces, ¿qué más hay de nuevo? Creo que lo más importante que he notado es que el personal ha crecido y tiene más experiencia. Las enfermeras ahora hacen mucho del trabajo con el que solía frustrarme. Por ejemplo, preparan todos los medicamentos, explican a los pacientes cómo tomarlos, brindan la información necesaria sobre la dieta (¡no coman alimentos picantes, BEBAN MÁS AGUA!, Etc.) y cierren a los pacientes que están intentando Para obtener más medicina de la que necesitan. Y lo hacen todo en su idioma nativo de Quiché, que habla la mayoría de los pacientes. Muchas de las enfermeras hacen el cuidado prenatal y los ultrasonidos esencialmente por su cuenta. El personal se encarga de cobrar a los pacientes por cualquier servicio, alojarlos y preparar sus gráficos. Con el personal haciendo más cosas, se mueven más rápido. La esperanza para la clínica de Chiminisijuan en la montaña es que las enfermeras diagnostiquen y traten la mayoría de los problemas con un médico que supervise y haga los casos más complicados. Es alentador ver los frutos del trabajo de la inversión de los misioneros en capacitar a la gente local para servir a su propia gente con excelencia y compasión.